sábado, 20 de febrero de 2010

- Preparando el viaje. Ilusión e incertidumbre

● Preparando el viaje. Ilusión e incertidumbre
Reconocimiento a las personas que integran Werth Parkinson Center

Sigo contando mi historia. Nos situamos en junio de 2009. Después de haber llamado al 963 51 66 80, a pesar de haber transcurrido más de un año desde que había escuchado por primera vez la cálida y acogedora voz de María José Peña, primer eslabón del contacto con Werth Parkinson Center, de inmediato recordé la grata impresión inicial, que me envolvió en un halo de confianza y esperanza. Y no me equivoqué.

Tras una serie de conversaciones, María José me orientó en los pasos a seguir. Días después de haber enviado el historial médico, recibí respuesta afirmativa para recibir el tratamiento. Ahora se me planteaba el proceso de los billetes, la estancia, reserva de hotel, como llegar a la clínica, etc., lo que, en las circunstancias por las que estaba pasando, suponía un esfuerzo titánico que no me sentía capaz de afrontar. Tal vez parezca exagerado, pero sólo el que ha vivido parecidas situaciones, sabe realmente de qué estoy hablando. Un grano de arena se convierte en un obstáculo infranqueable.

Y aquí apareció de nuevo María José. En menos de media hora ya tenía resueltos los “problemas” de reserva de hotel y de traslado desde el aeropuerto. Solucionado.
La amabilidad, la calidez humana y la alta competencia profesional –como pude constatar más tarde– es una más de las cualidades de Werth Parkinson Center.
Vaya por delante que nunca podré agradecer bastante la humanidad y profesionalidad de las personas que integran Werth Parkinson Center, ya que esas cualidades no sólo las muestra la persona que siempre está a tu disposición, al otro lado del teléfono, para cualquier necesidad que le plantees. De igual manera y con la misma eficacia desarrollan su labor Mabel Castillo –se ocupa del marketing y las relaciones públicas, además de la comunicación y seguimiento de los pacientes–, y An Geizen, la persona que te da confianza y apoyo antes y después del tratamiento; es enfermera y ayudante del Dr. Werth.
Es evidente que existe más personal en la clínica, al que le doy el mismo reconocimiento, pero sólo nombro a las personas citadas porque son con las que tuve el primer contacto cuando acudí a mi consulta con el Dr. Werth, el 29 de julio de 2009.
CONTINUARÁ…

jueves, 28 de enero de 2010

- Siguen la angustia y la impotencia. Aumentan las limitaciones

Sin capacidad para tomar decisiones transcurrían despacio los días. El deterioro de la memoria, el cansancio a todas horas, la angustia que no cesaba, el sueño que viene y va sin control alguno, la ineludible necesidad de no ver ni oír a nadie, la rigidez cada vez más insoportable, la incapacidad para escribir –ni a mano, ni en el ordenador–, incapacidad para poder mantener una conversación –las palabras no vienen, no surgen, se esconden–, ¡incapacidad para tantas cosas! Las limitaciones físicas e intelectuales van en aumento. Y la ansiedad constante, los cambios de humor, las reacciones incontroladas, los sentimientos de culpa…

La situación se hizo insostenible. Los neurólogos que me han visto me hablan claro: Lo único que se puede hacer es tratar de paliar los síntomas. Aparte de en la clínica, en gran medida hay que apoyarse en la estadística. A usted, por el tiempo que lleva diagnosticado le corresponde comenzar ya a tomar L-dopa

O sea, que la única salida era atiborrarme de drogas, con lo cual tendría cierto bienestar un tiempo y efectos secundarios siempre, mientras colaboraría a que las farmacéuticas se llenaran, aún más, los bolsillos.

Toqué fondo. Ya llevaba así más de dos años. Tenía que tomar una decisión. Aunque me equivocara tenía que hacer algo. Sumido en la más absoluta angustia, a principios de julio de 2009, una mañana, recordando que un año antes había enviado mi historial a Valencia, a la clínica del doctor Ulrich Werth, me atreví a marcar el 963 51 66 80. –Sí; buenos días. Werth Parkinson Center; le atiende María José.

CONTINUARÁ...